Es raro que alguien no tenga una página web en el siglo XXI. ¿Y tú, a qué esperas?
Cuando creas una página web, ha de tener un propósito. ¿Está dedicada a la venta de bolsitas de té artesanales? ¿A ganar clientes para tu cafetería? ¿O es un blog sobre el arte de la pesca con mosca? Es decir, debe de haber una justificación para su existencia. ¿Cómo puede tu web ayudar a las personas que entran en ella?
Este paso es el más crucial de todos, ya que crea la base de tu negocio.
Seguramente querrás utilizar un CMS (del inglés, content management system) o un creador de sitios web para crear tu web. Esta plataforma se encargará de la mayor parte del trabajo de base, lo que es útil para aquellos de nosotros que no somos programadores. La diferencia entre un CMS y un creador de sitios web es cómo se introduce y edita el contenido del sitio web: cada creador de sitios web y cada CMS por separado tiene su propia interfaz. Lo que al final elijas, se reduce a tus preferencias y lo que encuentres mejor para trabajar.
Sin embargo, siempre hay una manera para editar el contenido vía HTML o CSS, dos de los códigos de lenguaje básicos más comunes para crear páginas web. Van de la mano a la hora de crear una página, pero cada uno de ellos tiene un propósito diferente: HTML (del inglés, Hypertext Markup Language) se utiliza para crear el contenido real de una web, como es el texto escrito. El CSS (del inglés, Cascade Styling Sheets) es responsable del diseño y el estilo de una web incluyendo la composición, los efectos visuales y el color de fondo. Por lo tanto, si ya eres un experto en codificación, o al menos estás dispuesto a aprender lo básico, esta es siempre una opción.
Esto es diferente a la plataforma: la plataforma es desde donde controlas el diseño de la página web y cómo se administra. El proveedor de alojamiento es lo que realmente hace que el sitio web aparezca en línea. Esto implica cosas como el dominio, la velocidad del sitio web, el espacio del servidor, etc.
Siempre es mejor buscar los comentarios de los proveedores de alojamiento que estás buscando. Cuando acabas de empezar, es mejor elegir uno con un buen equipo de soporte, en caso de que necesites ayuda.
Este es uno de los pasos más importantes de todo el proceso. El nombre de tu dominio será la “fachada” de la representación online de tu negocio. Sea como sea, debería ser específico de la empresa. No tendría sentido tener una cafetería que se llama “Organic Planet” y que el nombre del dominio sea www.organiccoffeeshop.com. Siempre es mejor si tienes el nombre de la empresa o una representación del mismo como nombre de tu dominio: www.organicplanet.com suena mucho mejor que el ejemplo anterior.
Otro apunte que añadir es que hay muchas terminaciones diferentes para tu dominio, como .com, .org, .net, etc. Esto no es tan importante como el nombre del dominio, sin embargo, te recomendamos que te centres en los más predominantes, que también se conocen como TLDs (dominios de primer nivel o top-level domains).
El número cinco de nuestra lista es bastante autoexplicativo: antes de empezar, debes tener todos los detalles necesarios que deseas tener en tu web. Podrían ser el correo electrónico de la empresa, dirección, horarios de apertura, ofertas especiales y cualquier otro dato básico sobre la empresa. En lo que se refiere al contenido, el contenido específico no tiene que ser premeditado, pero hay que decidir la forma. Por ejemplo, ¿tienes pensado hacer vídeos? ¿Quieres tener una galería de imágenes? ¿Estás creando un blog? La relevancia de esto es ayudar a decidir qué subpáginas te gustaría tener cuando finalmente configures tu web.
No te preocupes si no estás seguro de lo que quieres de inmediato, siempre podrás añadirlos más adelante.
Una vez que tu web esté lista y terminada, es el momento de empezar a implementar tu estrategia de marketing. No tiene sentido tener una página que nadie pueda encontrar, así que hay algunas cosas que puedes hacer para hacerla más visible. La forma en que la mayoría de la gente la va a encontrar es a través de un motor de búsqueda, así que lo que realmente importa es mejorar su visibilidad en lo siguiente: SEO, SEA, medios sociales y directorios. Si no estás seguro de cómo hacerlo, rankingCoach es tu mejor opción: el software simplifica este proceso sin los elevados precios de las agencias. Perfecto para comenzar tu primera web, no solo te ayuda a hacer los cambios para salir adelante, sino que también te explica en detalle lo que hacer en cada tarea.
El plan de marketing debería ser el último paso, pero es un proceso continuo y necesario para una web en la actualidad.
Estas son las bases para iniciar una web. Si deseas más detalles sobre cualquiera de los pasos específicos, no dudes en consultar nuestros artículos anteriores. Hay información muy buena sobre estos temas en particular, especialmente en nuestro último artículo sobre E-A-T.